Tuesday, March 9, 2010

OBAMA, EL NUEVO NARCISO DE LA SANIDAD.





Para el nuevo Narciso que hoy habita la Casa Blanca el mundo parece girar sólo en torno a una cuestión: la reforma sanitaria. Lo de reforma queda bien pero de reforma no hay nada. Este fin de semana, Obama insistió en que hay que aprobar como sea la dichosa reforma sanitaria. Iba a ser en abril de 2009, luego en agosto, luego en noviembre, luego en diciembre… y estamos en marzo de 2010 y todavía Obama no logra que la cosa se aprueba pese a tener “supermayorías” en ambas cámaras del Congreso.

El tema de la reforma sanitaria ha pasado ya a ser un asunto prioritario de los norteamericanos, aburridos en su mayoría por un presidente que lleva más de un año con la misma cantinela y que sabe poco o nada de sanidad. Como le recordaba sobre datos y hechos concretos la “Heritage Foundation” hace unos días al presidente, sus discursos tergiversan los hechos y no conectan con la realidad. El congresista republicano Paul Ryan ha ofrecido soluciones reales que tanto Obama como los demócratas han desatendido totalmente.

Obama usó su sabatino discurso radial y por internet para intentar convencer una vez más a los millones de norteamericanos que hay que aprobar la nueva ley. Su discurso, apenas seguido por la ciudadanía, iba más bien dirigido a los legisladores demócratas, quienes no logran juntar todavía los votos necesarios para aprobar la ley.

Los republicanos, en cambio, conocedores de la reacia actitud de los ciudadanos a esta reforma, insisten en redactar el proyecto de ley desde el principio con una propuesta que daría nueva forma a cómo los estadounidenses reciben su seguro de salud pero sin otorgar grandes poderes al gobierno y sí al libre mercado..

Obama, otra vez, volvió a la demagogia de culpar a los republicanos de obstruccionistas: “Ahora, a pesar de todo el progreso y mejoras que hemos logrado, los republicanos en el Congreso insisten en que el único camino aceptable para el sistema de salud es empezarlo todo de nuevo. ¿Pero saben qué? Las empresas de seguros no van a empezar de nuevo”, dijo demagógicamente un Obama nervioso ante la posibilidad de que la ley no se apruebe.

Algunos analistas han dado ya en explicar esta batalla sobre la sanidad en términos de la egomanía política de la Casa Blanca donde se trata de ganar como sea para mostrar el ego. En Obama, al decir de algunos, el ego se llama ya “Narciso”.

Semanario Atlántico (info@semanarioatlantico.com)

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